Esta foto es bella, salíamos de la misa que se hacía con rogativa incluida por parte de la machi y nos íbamos a al escuela en donde sería el almuerzo. Se ven algunas mesas y sillas para ir a almorzar que cada uno debía llevar. Bonito recuerdo.
QUINAHUE
El padre Lorenzo me llamó un verano: “Vamos a ignos al sug! ven con nosotgos!!”
Lorenzo era un cura francés que había llegado a trabajar a la parroquia. De esos curas choros. Cura obrero. Comprometido. Era el párrocode mi capilla y un hombre de convicciones profundas. Confió en un pequeño grupo y armó misioneros para ir a Temuco con los mapuches.
Fue así como el verano del año 87 termine en la comunidad de Quinahue, recorriendo los campos, compartiendo el almuerzo y luego las labores: cortando el trigo, cosechando, cortando leña, ordeñando vacas, pescando y ayudando en lo que fuera posible.
Dormir bajo los eucaliptus, bailar el nguillatun con la Machi, presenciar las rogativas, conocer de su historia conversando en las noches junto a las brasas… fueron esas y muchas más cosas las que me unieron con los mapuches. Al final yo fui el evangelizado con el amor profundo a la tierra.
Terminé siendo un peñi más y desde ahí los veranos restantes fueron solo para ellos. Al final las buenas nuevas ellos me las daban a mi y yo en silencio aprendía y aprendía.
Les debemos mucho mas que un perdón al pueblo mapuche y a todos nuestros pueblos originarios.
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